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Qué es el Big Data y el cloud computing. Retos y desafíos que suponen en los programas de gestión en la nube

La extraordinaria expansión de dispositivos electrónicos, así como su interconexión mediante redes TCP/IP que se viene popularizando desde los últimos años, ha producido una auténtica «revolución industrial de los datos», abriendo nuevas posibilidades y usos al software y a la informática.

Ese colosal caudal de información puede ser ahora procesado a muy bajo coste. Y justamente éste es el objetivo de lo que habitualmente se conoce como Big Data, toda una nueva generación de técnicas que, como el profesor Moisés Barrio Andrés ha estudiado, «han sido diseñadas para extraer valor económico de enormes cantidades de datos de toda índole, mediante su recuperación, rastreo y procesamiento a gran velocidad y habitualmente empleando medios de computación distribuida».

En lo que afecta a las PYMES y emprendedores, el Big Data se ha venido concretando en dos grandes vectores tecnológicos que requieren una atenta consideración, el cloud computing y el Internet de las cosas: ambos son los principales protagonistas de este nuevo fenómeno del Big Data.

Cloud computing

El «cloud computing» permite a las empresas, Administraciones públicas y emprendedores contratar servicios a la carta para resolver sus necesidades informáticas sin necesidad de establecer departamentos específicos propios para atenderlas (outsourcing), con el consiguiente desplazamiento de los datos desde las instalaciones técnicas de los citados sujetos hacia los servidores de los proveedores de servicios en nube.

Cloud Computing

Internet de las cosas

Por lo que se refiere al «Internet de las cosas», en la actualidad Internet interconecta ya no únicamente ordenadores y redes, –incluyendo dispositivos como los teléfonos móviles inteligentes o smartphones–, sino también otros muchos tipos de hardware: como por ejemplo televisores (smart tv), videoconsolas, centros de juegos, electrodomésticos, coches, domótica de edificios u hoteles, infraestructuras públicas como puentes o autopistas, etc., abriendo así la puerta a la interacción «máquina-máquina» («Machine-to-Machine», M2M), así como a personas con tales dispositivos.

Es por ello que tanto el cloud computing como el Internet de las cosas, entre otros factores tecnológicos de la Internet total, no únicamente van a impulsar la indicada explosión del volumen de datos albergados en su seno.

Además, permitirán que un dato pueda a partir de ahora estar prácticamente accesible en cualquier lugar del planeta.

Por otra parte, esta tecnología aumenta las posibilidades para un mejor tratamiento de los datos y extraer más conclusiones de los mismos.

Retos del siglo XXI

De este modo, uno de los principales retos del Big Data es la necesidad de garantizar la adecuada tutela y protección de la privacidad de los datos personales, que ahora se va a convertir en una tarea mucho más problemática.

Como ha indicado el profesor Moisés Barrio Andrés, en su estudio «Criminalidad e Internet: Retos del Siglo XXI» y publicado en la Editorial Aranzadi, esta mayor problemática derivará, por un lado, de que la tutela jurídica deberá ser más intensa. Y de otro lado, «deberá desplegarse frente a objetos ubicados en cualquier rincón del mundo».

En España, la legislación de protección de datos contenida en la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal va a estar sometida próximamente a una importante revisión, fruto de la actualización de la normativa europea de protección de datos de la que trae causa, precisamente para resolver los retos que plantea el Big Data y el cloud computing.

¿Cómo me afecta?

En el plano del software para empresas, programa de recibos, programa de bibliotecas, en sus modalidades cloud o en la nube tienen que cumplir obligatoriamente lo dispuesto en la ley española de protección de datos.

Por ello, IDESOFT ha diseñado su software para la nube teniendo en cuenta estas exigencias y asegurando a sus usuarios el cumplimiento de la legalidad.

La utilización de proveedores extranjeros con soluciones de bajo coste no garantiza este extremo, y en consecuencia, hacen vulnerable a la empresa a las cuantiosas multas que contempla la ley española para el caso de incumplimiento de sus previsiones.

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